lunes, 22 de septiembre de 2014

Color esperanza

Un viento fuerte golpeó su cara. Cerró sus ojos. Hizo que llorasen. Su sueño se apagó. Nada tenía ya sentido. Se acabó el camino y no supo por dónde seguir.

Oscuridad en sus sentimientos. No sabía lo que duraría aquel color tan horrible. No creía que cambiase nunca. Una paleta de colores sin más colores que el negro. La negativa como preferencia. Un signo que le restaba energía cada vez que intentaba sumar. Porque se le olvidó sumar.

Confusión. Inseguridad. Un asco que invadía su mente cada vez que pensaba en ser feliz.

Poco duró aquello. Pronto entendió que la vida es corta. Que la vida es lucha. Que la vida está llena de vida para quien quiere vivirla. Valor. Ganas. Hambre. Ilusión. -Empezar de cero cuesta pero nunca estamos solos- le dijeron. El cero es un valor nulo, pero no negativo, y depende de dónde se sitúe nos gustará más. Pongámoslo a la derecha y que multiplique nuestros sueños.

Su mente esclareció. La paleta de colores volvió a tener colores, incluso más de los que existían. Uno resaltaba sobre los demás. Color Esperanza lo llaman. La ilusión volvió a su ser. Ahora la siente, la disfruta y la saborea como unas mariposas en el estómago de un loco enamorado, por la vida.

Un aplauso por los que saben que tienen que luchar pero no saben cómo empezar. Por los que vuelen a sentir ilusión tras haber vivido un episodio gris. Por los que sienten una llama dentro que no quieren que se apague. Por los que luchan cada día por hacer sus sueños realidad.