La pasión se refleja en la fuerza, la intensidad, en el color rojo. Da igual el idioma, la pasión es pasión.
Contesta a estas
preguntas. Vamos a reflexionar.
¿Es la pasión la que
realmente mueve montañas? ¿Es esta misma la que nos ayuda a conseguir el éxito en aquello por
lo que apostamos? ¿Te salen mejor las
cosas cuando te gustan, cuando te apasionan? ¿Se te pasa el tiempo
volando cuando las haces? ¿Te pones un horario
para hacer aquello que te gusta, o no le pones límites?
Está claro ¿no? La
pasión lo es todo. Sin pasión no hay ganas, no hay ilusión, no hay éxito.
Nuestro profesor de
Emprendimiento, Fernando Giner, nos lo
intenta enseñar cada viernes. Poco a poco vamos entendiendo la idea pero
todavía no nos atrevemos a abrazarnos a ella y volar. Nuestras mentes cerradas
no están preparadas para poner pasión en lo que queremos ser.
 La pasión es un término
muy amplio. Puede ponerse pasión en cualquier cosa, y es necesaria para que el
éxito florezca. Un simple revolcón puede ser el mejor ejemplo. No te conozco,
ni tú a mi tampoco. Bebemos, nos calentamos y surge. El instinto animal, el
impulso y las ganas hacen que la pasión esté latente. Pero, ¿qué pasaría si esa
pasión se
La pasión es un término
muy amplio. Puede ponerse pasión en cualquier cosa, y es necesaria para que el
éxito florezca. Un simple revolcón puede ser el mejor ejemplo. No te conozco,
ni tú a mi tampoco. Bebemos, nos calentamos y surge. El instinto animal, el
impulso y las ganas hacen que la pasión esté latente. Pero, ¿qué pasaría si esa
pasión se 
La pasión es entusiasmo, hambre, ilusión, egoísmo incluso. Que nadie te moleste mientras
haces eso que te gusta porque no estás para nadie, aunque se esté ahogando la
abuela con una uva en Nochevieja. Que coja al Gaitero y trague, que además de
desatascarla la va a poner contenta, pero a mí que me dejen que la pasión me
puede.
Otro ejemplo de
pasión. Odio a mi vecina con todas mis fuerzas. No sabe que hay un timbre al
que llamar para salir a abrir. Prefiere el método tradicional de golpeo de
puerta apoyado con grito. La odio y pongo pasión en odiarla porque me produce
aversión, rechazo, asquete.
¿Y el sonido de un
taladro a las siete de la mañana? ¿O el ladrido sin parar de un perro? ¿O un niño
llorando toda la noche? ¿O mi padre cuando se pone machacón, pesado, cansino?
¿O la gente cotilla?
En el odio también se
pone pasión. Y en la tristeza, en la añoranza, en la melancolía. Sobre todo los que empatizamos hasta con las
moscas que quedan cuando acaba el verano y vuelan como tontas chocándose con
todo lo que encuentran a su paso. Una película “de clinex” nos hace sacar esa pasión por la tristeza.
Pasión
Un concepto
muy amplio pero necesario en nuestras vidas.



 
