Bendita enfermedad de los dioses ardientes.
Dolor en cada latido que da el corazón.
Pensamientos impuros que hacen enloquecer.
Un río de fuego que arrastra todo lo que encuentra a su paso.
Un cuerpo que experimenta movimientos infinitos.
Respirar y que falte el aire.
Respirar y sentir calor en cada rincón de él.
Curiosidad que amordaza a la moral haciéndola su esclava,
suplicándole a cada momento que no pare.
El bien y el mal juntos por placer,
juntos por lujuria.
Un cosmos de sensaciones, escalofríos.
Morbo, atracción, interés malsano y adictivo,
que ocupas la mente sin preguntar,
maleducada, salvaje sin modales, descarada.
Novedad.
Un cuadro de Tiziano lleno de ternura, fuerza y pasión.
Que nunca pare. Que nunca falte.
Ama et quod vis fac
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