martes, 25 de marzo de 2014

¿Han visto alguna vez a un cerdo volar?

Es evidente. No. Los cerdos no vuelan porque no pueden, y todos lo sabemos. Como también sabemos que todas las personas tiene un límite de paciencia. Un punto en el que llorarían, gritarían, se irían, lo dejarían todo e incluso alcanzarían tal grado de rabia que podrían llegar a matar si no estuviese mal visto.

Experimentar esa rabia en tus propias carnes te hace ser diferente. ¿Cómo una persona que aparenta tener tanta paciencia resulta cansarse tan rápido de la gente? Pues es evidente, los cerdos no vuelan.

Me canso de la gente, de sus movidas, de sus inquietudes, de sus pensamientos, pero tiene una explicación. Todos podríamos cansar con nuestras historias, sin embargo preferimos preguntarnos ¿para qué cansar?, y ser diferentes. A la gente no le importan mis problemas; mis pensamientos; mis historias; mi vida. Yo no sirvo agua si no me la piden, ¿y si prefieren beber otra cosa? Claro.

Reflexionar, meditar y dirigir mi rabia hacia otro lado me hace ser así. Tener conversaciones conmigo. Repetirme una y otra vez que no todos somos iguales. Cada uno tiene sus necesidades, pero he de decir que a muchos les falta sentirlas para poder ponerse en el lugar de otro, y eso es un problema. Está bien. Lo admito. No tener paciencia también es un problema. ¿Tengo un problema?

Y ahora, un cerdo vacío.

Pero, ¿cómo una sensación de vacío al hablar con una persona puede sentirse tanto? Dan ganas de volver la cara, coger el mando a distancia y pulsar el botón con un cuadro en el centro para parar aquello. No me gusta la película, no la aguanto. Esto me pasó con Movie 43 este fin de semana pasado y con una señora que no encontraba a su marido y su padre en un campo de fútbol. Quizá yo no sea la que tiene el problema entonces.

Resumiendo, si me dan más información de la que debieran y elevamos a "te repites más que el chorizo" tenemos como resultado que María no es tan rara.


Puedo parecer borde y engreida escribiendo todo esto, pero no pretendo eso ni mucho menos. Los que me conocen saben cómo soy, y los que no, hacedlo. Es un gran trabajo. A la salida te dan un diploma de escucha activa. De hecho, muchos todavía no me conocen como creen. Soy fácil de tratar, muy agradable, un poco tímida, pero nunca te cansaré, ese es mi objetivo. No quiero que en una noche me conozcan, no soy de esas, me gusta ir más despacio y volver a casa con un par de datos más en mi cabeza. ¿Y a ti?

No hay comentarios:

Publicar un comentario