lunes, 7 de octubre de 2013

Pamplona, 5 de octubre

El espontáneo plan salió a pedir de boca. Recorrimos el Casco Antiguo (Alde Zaharra) de Pamplona. Una ciudad preciosa. Conocimos la tradición del pintxo poniéndonos hasta arriba de ellos, y es que no sabemos hacer las cosas de otra manera. ¿Un café? Sí, pero antes sigamos curioseando. Calle Estafeta arriba, calle Estafeta abajo. Jugamos a imaginar cómo se vivía en la Catedral de Santa María la Real, con asaltos incluidos.

Sentémonos en este banco para coger fuerzas y estirar la pata. Una plaza enorme rodeada de soportales, la Plaza del Castillo, nos recordó a Alcalá. Creo que en las peluquerías de aquí sabrían cómo me gusta llevar el pelo sin tener que dar muchas explicaciones.

En Los Corralillos desde donde salen las bestias a conocer la Plaza de Toros de Pamplona nos sentamos a compartir opiniones. Un coche con un pequeño ser canino dentro nos mantuvo curiosos durante varios minutos. El pequeño animal perruno, apodado por nosotros “Yorkshire”, estaba dentro de un coche “solico”. La policía municipal lo observaba mientras la grúa se lo llevaba no sabemos muy bien con qué fin. Esperamos que “Yorkshire” llegase a buen puerto y disfrutase del paseo en grúa. 

Hagámos el recorrido de los San Fermines. Santo Domingo, Mercaderes y Estafeta. Feria del marisco en la Plaza de Toros, entremos a verla. Descansemos que nosotros no estamos en forma para esto ni aun paseándolo. 


Sigamos caminando. Bares que nos llamaban con su música. No, que mañana hay que viajar y nos conocemos. ¿Dónde cenamos?. Ahora más tranquilos subimos a un restaurante. Un vinito navarro que hasta al paladar y nariz del más paleto, en lo que a enología se refiere, estaba muy bueno.

¡Taxi! Vamos a descansar. Una ducha antes de dormir que mañana hay que volver a casa.

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