sábado, 22 de noviembre de 2014

Atum/Otoño

Dios solar de la mitología egipcia.
En el mito solar es identificado con el sol poniente y con el sol que va hacia las entrañas de la tierra para renacer luego al amanecer.


lunes, 17 de noviembre de 2014

Receta con parejil

Para preparar esta rica receta necesitamos diferentes ingredientes. Ingredientes muy diversos que pueden ser opuestos, pero a la vez complementarios. Para que esta receta salga el horno tiene que estar a punto, con una temperatura y un programa adecuado. 

Si no tenemos los siguientes ingredientes podemos poner otros de nuestra propia cosecha, siempre que tengamos la certeza de que concuerdan. Es más, innovar es necesario. Necesitamos innovar para que esta receta funcione.

Cada cual que lea esto realizará su propia receta. Ninguna será igual. Podrán parecerse en algunos aspectos, toques o aromas, pero cada una tendrá su propia personalidad.

Bien. Empecemos.

Para realizar nuestro "plato" primero tiene que existir una disposición por parte de los cubiertos para ser comido. Pero hablemos de parejas. La persona no se elige. Llega como una riada de la que nadie tiene noticias y sorprende de la misma manera.

La llegada tiene que ser inesperada, inusual, bonita, curiosa, particular, para que la primera llama surta efecto y dure. La historia comienza captando nuestra atención, y a cambio la recordaremos siempre. ¿Cómo y dónde os conocisteis? 

Al haceros la pregunta anterior intentad estar solos, en un sitio cómodo, y sin prisas, es muy molesto que te corten en medio de un recuerdo tan bonito. Mejor por la noche antes de dormir. Y no mola que nos vean la cara de bobos que se nos pone al recordar cosas tan cursis pero a la vez increibles. 

Si ya habéis realizado la receta, incluso más de una vez, y al recordar el día que decidisteis iniciarla no se os pone esa cara de la que hablo, preocuparos, pues no os aportó nada bueno, y siento deciros que la receta no salió bien. Tendréis que repetirla y esta vez con más cuidado y poniendo más atención, que muchas veces la falta de atención y ganas hacen que baje el bizcocho o se corte la mayonesa...

Si por el contrario os emocionáis al buscar en vuestro baúl interior ¡enhorabuena! Tenéis una bonita anécdota que recordar.

Esta receta no es sencilla. Conocidos programas de televisión han intentado llevarla a cabo pero pocas veces se ha conseguido. Nadie debe desanimarse por ello. La esperanza es lo último que se pierde...

domingo, 26 de octubre de 2014

Rojo. Red. Rouge. 紅. Rosso. Красный. أحمر. Rot...

La pasión se refleja en la fuerza, la intensidad, en el color rojo. Da igual el idioma, la pasión es pasión.

Contesta a estas preguntas. Vamos a reflexionar.

¿Es la pasión la que realmente mueve montañas? ¿Es esta misma la que nos ayuda a conseguir el éxito en aquello por lo que apostamos? ¿Te salen mejor las cosas cuando te gustan, cuando te apasionan? ¿Se te pasa el tiempo volando cuando las haces? ¿Te pones un horario para hacer aquello que te gusta, o no le pones límites?

Está claro ¿no? La pasión lo es todo. Sin pasión no hay ganas, no hay ilusión, no hay éxito.

Nuestro profesor de Emprendimiento, Fernando Giner, nos lo intenta enseñar cada viernes. Poco a poco vamos entendiendo la idea pero todavía no nos atrevemos a abrazarnos a ella y volar. Nuestras mentes cerradas no están preparadas para poner pasión en lo que queremos ser.

La pasión es un término muy amplio. Puede ponerse pasión en cualquier cosa, y es necesaria para que el éxito florezca. Un simple revolcón puede ser el mejor ejemplo. No te conozco, ni tú a mi tampoco. Bebemos, nos calentamos y surge. El instinto animal, el impulso y las ganas hacen que la pasión esté latente. Pero, ¿qué pasaría si esa pasión se esfumase? Pues que el revolcón sería como echar una partida a la Oca por aburrimiento, como un bocadillo sin terminar porque no te encanta, como salir a correr y a los dos minutos andar porque no te entusiasma hacerlo sola.

La pasión es entusiasmo, hambre, ilusión, egoísmo incluso. Que nadie te moleste mientras haces eso que te gusta porque no estás para nadie, aunque se esté ahogando la abuela con una uva en Nochevieja. Que coja al Gaitero y trague, que además de desatascarla la va a poner contenta, pero a mí que me dejen que la pasión me puede.



Intensidad. Vivir con intensidad la vida, la vida en el trabajo; la vida familiar; la vida en pareja; la vida compartida con los amigos; la vida en soledad. (Amor, Deseo, Gozo)



Otro ejemplo de pasión. Odio a mi vecina con todas mis fuerzas. No sabe que hay un timbre al que llamar para salir a abrir. Prefiere el método tradicional de golpeo de puerta apoyado con grito. La odio y pongo pasión en odiarla porque me produce aversión, rechazo, asquete.


¿Y el sonido de un taladro a las siete de la mañana? ¿O el ladrido sin parar de un perro? ¿O un niño llorando toda la noche? ¿O mi padre cuando se pone machacón, pesado, cansino? ¿O la gente cotilla?

En el odio también se pone pasión. Y en la tristeza, en la añoranza, en la melancolía. Sobre todo los que empatizamos hasta con las moscas que quedan cuando acaba el verano y vuelan como tontas chocándose con todo lo que encuentran a su paso. Una película “de clinex” nos hace sacar esa pasión por la tristeza.



Pasión
Un concepto muy amplio pero necesario en nuestras vidas.

Talleres ilegales y Enrique Cerezo. Póntelo, pónselo. #Precaución# #Seguridad#


lunes, 22 de septiembre de 2014

Color esperanza

Un viento fuerte golpeó su cara. Cerró sus ojos. Hizo que llorasen. Su sueño se apagó. Nada tenía ya sentido. Se acabó el camino y no supo por dónde seguir.

Oscuridad en sus sentimientos. No sabía lo que duraría aquel color tan horrible. No creía que cambiase nunca. Una paleta de colores sin más colores que el negro. La negativa como preferencia. Un signo que le restaba energía cada vez que intentaba sumar. Porque se le olvidó sumar.

Confusión. Inseguridad. Un asco que invadía su mente cada vez que pensaba en ser feliz.

Poco duró aquello. Pronto entendió que la vida es corta. Que la vida es lucha. Que la vida está llena de vida para quien quiere vivirla. Valor. Ganas. Hambre. Ilusión. -Empezar de cero cuesta pero nunca estamos solos- le dijeron. El cero es un valor nulo, pero no negativo, y depende de dónde se sitúe nos gustará más. Pongámoslo a la derecha y que multiplique nuestros sueños.

Su mente esclareció. La paleta de colores volvió a tener colores, incluso más de los que existían. Uno resaltaba sobre los demás. Color Esperanza lo llaman. La ilusión volvió a su ser. Ahora la siente, la disfruta y la saborea como unas mariposas en el estómago de un loco enamorado, por la vida.

Un aplauso por los que saben que tienen que luchar pero no saben cómo empezar. Por los que vuelen a sentir ilusión tras haber vivido un episodio gris. Por los que sienten una llama dentro que no quieren que se apague. Por los que luchan cada día por hacer sus sueños realidad.


martes, 5 de agosto de 2014

Il volto più bello della solitudine

(La cara más bella de la soledad)

Encontrarse con uno mismo. Compartir tiempo con “Yo” y conocerle, saber tratarle, aprender de él. Esa persona que está al otro lado del espejo y que nos acompaña durante toda la vida. Algunos han dejado de conocerla, otros simplemente no quieren. Tu más fiel compañero. Aquel que hace que la soledad nunca tome definición definitiva. Siempre está ahí. Apoyándote o torturándote.

Yo, te conozco un poco más. Cada vez estoy más a gusto contigo. Quizá algún día sea capaz de controlarte como a una marioneta pero todavía es pronto.

La noche. Un escenario magnífico para la soledad. Un cuerpo cansado. Una cama. El individualismo puro. No necesitamos a nadie para dormir una vez que cerramos los ojos. Tu imaginación vuela sin más ayuda que la de tu mente. Una única mente.

El miedo. Se apodera de nosotros. Solo tú puedes olerlo de esa forma tan personal. Nadie puede ahuyentarlo. Se alimenta de soledad, de la soledad que sentimos por dentro. Aún cautelados por la mejor centinela nos sentimos solos ante el miedo. Lo superaremos y nos hará fuertes como si del espartano número trescientos se tratase. Te lo agradecerás, porque tú has conseguido derrotarlo. Tú eres el vencedor.

El dolor. Sentimiento que nos marchita. Se contagia como la peste pero nadie puede curarla excepto tú. Te curarás. Lo superarás. Y serás otro espartano más. Crearás una coraza implacable que solo la soledad te ofrecerá tener.

El deseo. Se agarra de la mano de la soledad y pasean juntos. Deseo de tener. Deseo de poder. Deseo de querer. Deseo yo. El deseo seguirá presente se cumpla o no, enganchado a tu cuello como un macaco gritando, pidiendo alimento. Se alimentará, crecerá y se desvanecerá gracias al tiempo. El deseo en soledad es el más común entre los mortales.

La mentira. Si queremos que sea nuestra lo será. Nadie la conocerá. Nadie podrá opinar. Nadie la controlará excepto tu soledad. Será tu creación, como un hijo. Se nutrirá. Permanecerá. Evolucionará a tu antojo. Siempre en soledad.

La felicidad. Cantar bajo el agua sin pensar. Alzar la voz. Cantar. No hay nadie más en ese momento. No hay nada que te impida hacerlo tuyo. Absorber los rayos del sol tumbado bajo ellos. Escuchar música y sentir. Descansar en tu pensamiento. Ser feliz solo.

El esfuerzo, el autodidacto, el auto-entretenimiento, la auto-ayuda, el independentismo, todo esto se consigue en soledad con uno mismo y nadie más que ella nos lo puede enseñar.


Soledad se llama, “Yo” se apellida. Todos podemos tocarla, pocos saben disfrutarla.

domingo, 27 de julio de 2014

Colaboración especial de un vergonzoso. “RUIDOS” Y LETRAS

Muchas veces hemos preguntado "¿te acuerdas de esa canción?" O hemos dicho, "qué bonita es esa letra", e incluso alguna vez te habrás relajado o habrás estudiado con música clásica.

La música es algo que atrae, que une a las personas y amansa a las fieras.

¿Y el que compone? Aquel que hace música plasma en ella sus sentimientos y sus emociones según el estado de ánimo. Como diría un buen amigo “son canciones hechas con las tripas para ser escuchadas con el corazón”. Dicen que todos los compositores tienen algo en común, el corazón roto. Yo me lo creo. Tanto sentimiento tiene que venir de alguna herida abierta.


¿Y el oyente? El que escucha música siempre se siente identificado con alguna letra o tienen una melodía especial que le hace sentir más que otras. Recordará una canción por siempre si esta suena durante una etapa especial de su vida. La identificará con el aquel momento tan importante, tan feliz, tan triste.

Hay veces que las letras muestran nuestra propia vida sin ser escritas por nosotros y eso demuestra que al fin y al cabo todo somos iguales, con diferentes valores pero mismos sufrimientos, mismas inquietudes buenas y malas.

A los oyentes. Nunca dejéis de escuchar música, nunca dejéis de emocionaros. Nos salva en momentos difíciles y hace que nos reconciliemos con nosotros mismos. Nos lleva al éxtasis de la diversión o de la calma.

A los que hacéis música. No dejéis de hacerlo. Es muy gratificante y satisfactorio crear un buen tema, sacar las sensaciones que llevas dentro y transformarlas en una melodía o una letra. ¡Es increíble! Es un estilo de vida. Es un sueño. Mi sueño.

Os invito a intentarlo. Haced música. Evadíos, viajad a otros mundos. Nunca es tarde para empezar.






Un amante de la música

domingo, 20 de julio de 2014

El arte, la lealtad y el respeto visten con cinturón.

Había que proteger a Sho Tai, el último rey de Okinawa. Los samuráis se acercaban lentamente como una masa de hierro fundiéndose en el horizonte. Estaban decididos a atacar. No había un primer golpe. No existía un primer ataque. Había que esperar. Había que proteger al último rey.

No hay armas. Aislados. Desterrados por el tercer shogun Tokugawa, Tokugawa lemitsu, que no abdicó. Nunca lo hizo. La necesidad de defensa de los indígenas de Ryukyu, de los pechi, de los samuráis de Okinawa, les llevó a crear un arte basado en la fuerza, la sabiduría y con cierta magia. Un arte que fusionó lo mejor de las Islas Te y el kenpo.

Secuencias de golpes de puños y patadas inundaron el valle. Posturas impecables, implacables, rígidas y astutas. La coordinación de respiración, equilibrio y espíritu. Giros de cadera que levantaban el polvo haciendo caer a sus adversarios como si de un golpe de katana se tratase. Y es que ese mismo golpe era el objetivo. Golpes vitales, luxaciones, inmovilizaciones. Contundentes. Sin piedad. Movimientos fríos y calculados.

Respeto. Eso ganaron en cada batalla.

La era Meiji afianzó este arte y lo potenció en las escuelas. Con la prefectura de Okinawa a principios del siglo XX (abolición de los Han), se estableció el tuidi como parte del programa de educación física, que tras la segunda guerra mundial pasaría a llamarse Karate Do, el camino de la mano vacía, la mano que emerge al vacío, al todo, al absoluto. Filosofía, física y técnica se mezclan.
Aparecieron variantes y destacadas figuras de cada una de ellas, Kanryo Higaonna (Naha-Te), Anko Hitosu (Shuri-Te) y Kosaku Matsumora (Tomari-Te). Cada una era especial, particular, tanto en la técnica como en la práctica, pero ninguna perdía la esencia.

─ Yo lo haré ─ dijo Gichin Funakoshi. ─ Llevaré el karate a cada rincón de Japón ─ Aprendiz de Asato Anko y Anko Itosu, dos de los discípulos de los maestros precursores, hizo la primera demostración pública de este arte.
Kyoto, 1917. La impresión de los japoneses se veía es sus caras. Entre los espectadores, el príncipe heredero Hirohito. Funakoshi vestía un karategi blanco. Parecía estar hecho de una tela ligera pero resistente. El uwagi dejaba ver su pecho. La solapa izquierda cubría a la derecha, una herencia feudal para portar la katana y poder desenvainar sin problemas; un Obi negro de alpaca lo ajustaba a la cintura dejando ver un zubon cómodo y por encima de los tobillos que no le impediría dar patadas imposibles.
Nadie lo conocía pero todos oyeron hablar de él. Jano Kano quiso conocerle, ayudarle, promocionarle, aprender. El maestro precursor del Judo consiguió que Funakoshi llegase lejos. Consiguió a su lado expandir el karate. En sus pensamientos la claridad, “el purgar de uno mismo los pensamientos egoístas y malos. Porque solo con la mente despejada y consciente puede uno entenderse, así como el conocimiento que recibe”.

¿Cuál es la diferencia entre un hombre del Do y un hombre insignificante? ─ preguntó un karateca a su sensei. ─ Cuando el hombre insignificante recibe el cinturón negro primer Dan, corre rápidamente a su casa gritando a todos el hecho. Después de recibir su segundo Dan, escala el techo de su casa, y lo grita a todos. Al obtener el tercer Dan, recorrerá la ciudad contándoselo a cuantas personas encuentre.─ respondió continuando ─ Un hombre del Do que recibe su primer Dan, inclinará su cabeza en señal de gratitud; después de recibir su segundo Dan, inclinará su cabeza y sus hombros; y al llegar al tercer Dan, se inclinará hasta la cintura, y en la calle, caminará junto a la pared, para pasar desapercibido. Cuanto más grande sea la experiencia, habilidad y potencia, mayor será también su prudencia y humildad.


Y es que Funakoshi creía en la humildad como base interior y exterior a la hora de percibir, entender, y aprender el karate.

Hoy en día hay muchos estilos, muchas variantes y ninguna pasa desapercibida.

Sin extenderme más, aunque podría hacerlo, quiero darles protagonismo con esta entrada a todos los karatecas españoles que siguen este arte, siempre en la sombra, y destacar a los equipos nacionales que nos representan allá a donde van con constancia, trabajo y lucha por bandera en el estilo Shito ryu (fundado por el maestro Kenwa Mabuni), una mezcla filosófica de "paz y ayuda" y de técnicas de corta y larga distancia. 

Un arte. Un trabajo.

lunes, 14 de julio de 2014

L’insinuation

Hacerlo ligeramente. Introducirse en al ánimo sin hacer mucho ruido. Dar a entender aisladamente los deseos dando pasos sin tocar el suelo. Magia. Oscuridad. Suspense.

Incertidumbre parcial que el cerebro no asimila como tal. Cree saberlo todo pero la imaginación manda. Nada es tan real como creemos. Nada es tan verdad como queremos. Como un cuadro sin terminar. Como una sombra. Como una nube que toma diferentes formas dependiendo de los ojos que la miren.

Morbo. Vicio. Masoquismo. Pérdida del control. El despertar del apetito más placentero. Un lenguaje innato que nadie enseña y todos sabemos. Creación de nuestro cerebro primitivo de reptil. Condescendencia obsesiva y excesiva.

Una caricia, una mirada, un olor, un sonido, un sabor. El rojo. El negro.

Una postura descontrolada, redondeada, que puede parecer obtusa, imposible y vergonzosa en una situación de calma.

Imaginación desordenada. Ideas masivas. Como un tubo de botella. Como una marabunta de hormigas migratorias que devoran todo lo que encuentran a su paso. Abusar. Pasar los límites hasta rozar la obscenidad. Perder el recato.

Arte milenario que esculpe la imaginación, las emociones, los sentimientos. Virtud de no tantos para disfrute de muchos.

Un juego de estrategia en el que el objetivo es buscar la sumisión del adversario, su rendición, la entrega propia de su cabeza, de su voluntad, de su persona. El control como si de una marioneta se tratase. La creación de unos hilos invisibles que sujetan las extremidades haciéndolas bailar a su antojo.

La necesidad de sentirse vivo. De pensar y mal pensar. De escuchar cierto tipo de música.



lunes, 9 de junio de 2014

De fandangos va la cosa

Hoy quiero hacer mención a un Fandango de Huelva. 

Yo no quiero reavivar la llama de mi historia, ni llenar una ausencia como Pepe Isidro ha conseguido con este fandango en recuerdo de su padre, Paco Isidro. Me viene como anillo al dedo ya que rondan en mi cabeza pensamientos y sensaciones que parece que se van pero siguen ahí. Parece que cada mañana me cantan este fandango al oído.


Aunque me voy no me voy
aunque me voy no me voy
aunque me voy no me ausento
aunque me voy de palabra
pero no de pensamiento
aunque me voy no me voy

martes, 3 de junio de 2014

Lo que os echo de menos

Cuando las personas faltan no nos damos cuenta de lo importantes que son para nosotros.
Para mí estas personas eran lo más grande. Como unos padres con mucho derecho al roce y al cariño. 
No sabemos la labor tan importante que hacían en nuestra vida hasta que se van.

Les perdí cuando creía que no les necesitaría pero me equivoqué. Cada año que pasa les necesito más que nunca. 

Tengo tantas cosas que contaros y tantos consejos que pediros.

El tiempo solo nos acostumbra a la rutina pero no nos hace olvidar ni dejar de necesitar a aquellos a los que queremos de verdad.

Allá donde estéis os mando un abrazo enorme de aquellos que tanto me pedíais y un beso de esos que tanto me costaba dar, y os pido perdón por ser tan ingenua.





Siempre conmigo...

martes, 27 de mayo de 2014

¿Cómo estáis?

No me enfadaré si esta entrada no tiene las visitas que las demás de este blog. Primero doy las gracias a los genios que son capaces de leer mis textos y apreciar algo bello en ellos, pues no había escrito en mi vida. Continúo contando cómo me he sentido en estas últimas semanas y la previsión para las siguientes.

Los exámenes

Según la RAE un examen es una “prueba que se hace de la idoneidad de una persona para el ejercicio y profesión de una facultad, oficio o ministerio, o para comprobar o demostrar el aprovechamiento en los estudios”. Para mí un examen supone nervios, angustia, inseguridad, además de suponer una tensión enorme.
Una evaluación generalizada de un temario que en cada Universidad se diferencia en contenido y asignación de nombres, ya que cada una también tiene su propio plan de estudios.

Esta época es crucial para los estudiantes. Una mosca podría ser la causante de un destrozo académico espantoso, además de económico hoy en día. A este desasosiego se suma la aparición del gran jefe “El Sol”, y no hablo de aquel periódico madrileño con este mismo nombre que fundó Nicolás María de Urgoiti allá por el 17 y en el que colaboró con ganas José Ortega y Gasset, sino de la estrella con mayor brillo aparente que en estos meses le da por desaparecer a eso de las 21:49 h de la noche. ¿Y este? Más caso debiera hacerle a Las Carlotas con eso de “Con lo bonito que era salir con la luz del día y recogerse temprano…” que ya bastante duro es tener que estudiar en mayo, junio y julio en algunos casos.

El trabajo

Si sumo el trabajo al estrés que estoy pasando últimamente, este tiene signo negativo. Tuve suerte el agosto pasado de encontrar a una persona maravillosa que quiso confiar en mí y ofrecerme lo que tenía. Mi trabajo es precioso. Sustitutivo del chocolate. Hacer reír y enseñar a la vez es algo costoso pero gratificante si se hace bien. Nieve Azul cuentacuentos me está enseñando que la vida tiene muchas formas de ser interpretada y que siempre hay que quedarse con la que pensemos que es la mejor y que a la vez nos haga felices.

Personalmente

La vida es un bosque con sus montañas, sus árboles, sus flores, sus caminos, sus ríos, su fauna y los efectos estacionales que cambian su estado en cuatro ocasiones en un solo año.
La mejor estación es el otoño. La flora comienza a tomar fuerza para florecer, la fauna coge aire fresco y empieza a dejarse ver. Pero no por esto las otras tres estaciones son peores. Todos los años se repiten y los bosques siguen. Es un ciclo, el ciclo de la vida. Si le preguntásemos a un abeto en qué estación le gusta vivir elegiría el invierno, pero ¿y si le preguntamos a una buddleia? Pues preferiría el verano. Estas especies toman su máximo esplendor en estaciones diferentes pero su vida sigue en las otras tres.

La vida es como un bosque. Tenemos objetivos, personas alrededor que nos apoyan y otras que son piedras en el camino. Nuestro estado anímico, que depende de la estación en la que nos encontremos, nos favorece o nos afecta en menor o mayor medida. El polen dificulta pensar y nos hace hacernos preguntas. Unas veces estamos en la cima de la montaña y otras veces vemos la cima desde abajo, pero la vemos, y hay que intentar llegar a ella, porque llegaremos. Hay que luchar por lo que nos importa y por lo que creemos. Hay que luchar para que nuestros árboles florezcan cada año, para darle sentido a lo que tenemos. 

Yo me encuentro en una estación rara. Le he puesto nombre. Se llama Extravagantia. Me la imagino con árboles raros de raíces vistas y retorcidas a los que no sé cómo cuidar. También hay flores preciosas que no me atrevo a tocar y seres extraños que me miran pidiéndome paciencia y pasos cortos para no destrozarlo. Es una experiencia rara y dura, pero estoy aprendiendo mucho de ella. Poco a poco, y cada vez que me encuentre en esta estación, sabré cuidar mejor mi bosque.


¿Y tú? ¿En qué estación está tu bosque? A mí mi bosque me gusta tanto que a veces lloro.


miércoles, 23 de abril de 2014

El vampiro que nunca pudo cambiar y el hada que creció hasta el infinito

Había una vez un hada amable al que todos querían. Siempre daba todo lo que tenía y ayudaba a los demás sin pedir nada a cambio.

Un día, mientras volaba entre las flores, encontró a un murciélago herido. El hada sin pensarlo fue a socorrerlo. Pasaron los días y el murciélago cada vez se sentía mejor, pero jamás dio las gracias.

El hada, aún con los golpes que la ingratitud le daba, nunca dejó de prestar su mano a quien la necesitase, pero poco a poco se iba apagando. El murciélago “chupa-sangre” le robaba ese carisma que lucía tan alegremente, pero de eso solo se daba cuenta su interior, sus sentimientos y su alma.

Todo acabó cuando el hada decidió poner fin a esa realidad. Un campo de amapolas le esperaba para empezar una nueva vida alejada de la negatividad, el inconformismo, la falta de educación y de cariño que aquel pobre murciélago desprendía.

Con los años, el murciélago logró acomodarse y ser un murciélago toda su vida. Jamás aprendió a valorar. Era tan temida su actitud que nadie se atrevía a corregirla por miedo al desprecio. El hada, sin embargo creció, recuperó su positivismo, recargó su energía y llenó a todos los que la querían de cariño y buenas sensaciones.


Así es. Que nadie agote tu energía. Que nadie robe tu positivismo. Que nadie controle tus sensaciones. 

Que la vida es un campo erial y tú decides que sembrar en él.

lunes, 7 de abril de 2014

La bella historia de amor entre Julia y Sir Gallus Domesticus

Las 9:30 de la mañana. Un sol grande y radiante le despertó. Como cada sábado tras levantarse Julia da los buenos días a Michu, su acompañante de piso. Prepara café con leche desnatada y tostadas con margarina y mermelada de fresa light, y le sirve a Michu su latita preferida de trucha y zanahoria. Su inseparable taza sabadeña, que luce un patito amarillo, le acompañaría en la mesa. Hoy desayunaba en la terraza. Al terminar le pareció buena idea furmarse un cigarro antes de recoger. Hoy estaba contenta. Algo iba a cambiar.

¡Oh no! El lavavajillas está limpio. No importa, luego lo recogerá. De camino a la habitación, en el pasillo, encontró una pelusa que guardó en el bolsillo de su bata para luego tirarla a la basura. Con un gran giro de muñeca retiró las sábanas y después abrió la ventana para ventilar aquel olor a sueños.

Después abrió el armario. Hoy le apetece algo deportivo. Unas mallas moradas, una camiseta de tirante cruzado, su sudadera preferida y las zapatillas nuevas. ¿Y el pelo? Una coleta bien alta que deje ver los pendientes, y cacao en los labios tras lavarse los dientes. En marcha.

Hoy toca hacer una buena compra. Los armarios están medio vacíos. Termina de echar un vistazo a la lista de la compra y apunta un par de cosas más en ella. Vaya. El boli se ha acabado.

¡Uy! Las bolsas. Ahora sí. Cierra la puerta con llave y se dirige hacia el ascensor. Monta en su coche, lo arranca y se pone las gafas de sol.

Mira el aparcamiento. Hay mucha gente comprando. Coge una moneda de cincuenta céntimos de la cartera con destino la ranura de un carro. Hoy llenaría más de una cesta. Emprende su marcha por los pasillos recién fregados por esa máquina que parece una mezcla entre un cambiador de bebés mecanizado y una barca a pedales y que maneja alegremente uno de los trabajadores de la empresa como si galopase a lomos de Jolly Jumper, aquel caballo que decían era el más listo del mundo.

Añade varias cosas al carro que no figuraban en la lista. Olvidó anotarlas pero son necesarias. Dobló la esquina y de pronto allí se encontró con él, como cada dos semanas. Julia no le quitaba ojo. Su corazón palpitaba cada vez más rápido. No sabía qué hacer. ¿Le estaba sonriendo? A ella le parecía que sí. ¿Y si le invita a casa? Está sola, tiene todo recogido y tiempo suficiente para preparar la comida. Seguro que a Michu no le importa. Sí, decidido. Lo hizo. Le invitó. Sólo espera no sentirse mal después.

Ya en casa. Deja las bolsas en el suelo de la cocina y se dispone a encender el horno. ¿Cuál será el menú de hoy Julia? Estaba plena. Se sentía feliz. Por fin se decidió a invitarle a casa. Qué ganas de verle tranquilamente y sin pensar más que en disfrutar de él. Solo le vé en el supermercado, sin arreglar.

Cuanto tarda. Había quedado con él a las 14:30h. Ella ya estaba lista. La mesa preparada. No solía beber pero compró una botella de vino para la ocasión. Las 15:00h. Un sonido agudo e intermitente avisa de que Sir Gallus está listo. Por fin. Los nervios de la espera merecerán la pena cuando Julia deguste aquel plato con el que soñaba por las noches. A la mierda la dieta. Tanto sufrimiento y jamás se valorará mi trabajo como se merece. Cuántos piensan cada día como Julia. Será un secreto entre Michu, Sir Gallus y ella. Nadie de la Agencia puede enterarse de esto. Será un secreto personal. Qué sería la vida sin secretos, sin misterios, sin sigilo. Julia intenta autoconvencerse con ayuda de Ralph Waldo Emerson. “La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”. Su éxito de hoy es haber disfrutado de un pollo asado con patatas panaderas y un vino navarro que le llamó mucho la atención en el colmado donde compró. Pero Julia no podría vivir en silencio. ¿Por qué ocultarlo? Todo es compatible, sólo hay que encontrar la fórmula y querer buscarla.


Lo consiguió. Seguramente volvería a repetir una escena así, pero esta vez con un bistec que le hace ojitos desde la cámara de la carnicería. No quiere perderse aquellos pequeños placeres con los que tanto disfruta y que se magnifican por las noches para recordárselo. Todo el mundo debería aprender a valorar esos detalles. ¿Y tú? ¿A qué huelen tus sueños?

viernes, 28 de marzo de 2014

Emparentada con Uno del 27

Leyendo he descubierto de dónde viene una frase muy utilizada por mi familia. Unas palabras que al decirlas tienen una melodía especial y mi familia y amigos cercanos a ella han tomado como tradición a la hora de pedir que le sirvan vino.

¿Quién le iba a decir a Fernando de Villalón Daoíz y Halcón cuando escribió el poema Diligencia de Carmona que casi cien años después una familia pacense utilizaría sus versos a diario, convirtiéndolos en un símbolo distintivo, característico y propio? Y es más, que lo transmitirían de generación en generación a sus congéneres.

Un poeta sevillano, ganadero y agricultor. El Poeta Brujo le apodaron. Seguro que ya sabría en aquel entonces lo que hoy en día ocurriría. Sí. Practicaba la nigromancia, la alquimia, la teosofía y el espiritismo. “Las cosas de Fernando” decía Lorca. Eso sin contar que era criador de toros de ojos verdes. “Verdes como la albahaca” que completaría Rafael de León con su Ojos Verdes.

Sus últimos años los pasó arruinado. Gastó gran parte de una herencia que recibió en buscar e intentar conseguir una ganadería de toros con los ojos verdes (mito de la Atlántida, conseguir el toro-dios del relato platónico); y otra gran parte la invirtió en tierras para encontrar el origen de Tartesos, tierras que más tarde vendería. Relacionar este punto con mi familia es difícil. También hemos tenido ideas descabelladas como él, pero no hemos tenido toros, sino cerdos, gallinas, cabras y pavos; y tampoco nos hemos visto en la ruina, gracias a ¿Dios?. Si bien, acabó en Madrid con su esposa, ciudad a la que la mayoría de mis familiares decidió emigrar.

Os dejo el famoso poema que nos une con este gran poeta y os recomiendo pasar por Maguilla y decirle al tío Zapa “echa vino, montañés, que lo paga Luis de Vargas”.

Diligencia de Carmona,
la que por la vega pasas
caminito de Sevilla
con siete mulas castañas,

cruza pronto los palmares,
no hagas alto en las posadas,
mira que tus huellas huellan
siete ladrones de fama.

Diligencia de Carmona,
la de las mulas castañas.

Remolino en el camino,
siete bandoleros bajan
de los alcores del Viso
con sus hembras a las ancas.

Catites, rojos pañuelos,
patillas de boca de hacha.
Ellas, navaja en la liga;
ellos, la faca en la faja;

ellas, la Arabia en los ojos;
ellos, el alma a la espalda.
Por los alcores del Viso
siete bandoleros bajan.

Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas,
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla.

Ve y dile a los milicianos
que la posta está robada
y vamos con nuestras novias
hacia Écija la llana.

Echa vino, montañés,

que lo paga Luis de Vargas.

martes, 25 de marzo de 2014

¿Han visto alguna vez a un cerdo volar?

Es evidente. No. Los cerdos no vuelan porque no pueden, y todos lo sabemos. Como también sabemos que todas las personas tiene un límite de paciencia. Un punto en el que llorarían, gritarían, se irían, lo dejarían todo e incluso alcanzarían tal grado de rabia que podrían llegar a matar si no estuviese mal visto.

Experimentar esa rabia en tus propias carnes te hace ser diferente. ¿Cómo una persona que aparenta tener tanta paciencia resulta cansarse tan rápido de la gente? Pues es evidente, los cerdos no vuelan.

Me canso de la gente, de sus movidas, de sus inquietudes, de sus pensamientos, pero tiene una explicación. Todos podríamos cansar con nuestras historias, sin embargo preferimos preguntarnos ¿para qué cansar?, y ser diferentes. A la gente no le importan mis problemas; mis pensamientos; mis historias; mi vida. Yo no sirvo agua si no me la piden, ¿y si prefieren beber otra cosa? Claro.

Reflexionar, meditar y dirigir mi rabia hacia otro lado me hace ser así. Tener conversaciones conmigo. Repetirme una y otra vez que no todos somos iguales. Cada uno tiene sus necesidades, pero he de decir que a muchos les falta sentirlas para poder ponerse en el lugar de otro, y eso es un problema. Está bien. Lo admito. No tener paciencia también es un problema. ¿Tengo un problema?

Y ahora, un cerdo vacío.

Pero, ¿cómo una sensación de vacío al hablar con una persona puede sentirse tanto? Dan ganas de volver la cara, coger el mando a distancia y pulsar el botón con un cuadro en el centro para parar aquello. No me gusta la película, no la aguanto. Esto me pasó con Movie 43 este fin de semana pasado y con una señora que no encontraba a su marido y su padre en un campo de fútbol. Quizá yo no sea la que tiene el problema entonces.

Resumiendo, si me dan más información de la que debieran y elevamos a "te repites más que el chorizo" tenemos como resultado que María no es tan rara.


Puedo parecer borde y engreida escribiendo todo esto, pero no pretendo eso ni mucho menos. Los que me conocen saben cómo soy, y los que no, hacedlo. Es un gran trabajo. A la salida te dan un diploma de escucha activa. De hecho, muchos todavía no me conocen como creen. Soy fácil de tratar, muy agradable, un poco tímida, pero nunca te cansaré, ese es mi objetivo. No quiero que en una noche me conozcan, no soy de esas, me gusta ir más despacio y volver a casa con un par de datos más en mi cabeza. ¿Y a ti?

lunes, 3 de febrero de 2014

Objetivo, una multiaventura de décadas.

Lo llevaba notando desde hace meses. Una sensación rondaba por mi mente. El ritmo cardíaco había cambiado. El desgaste y la recuperación necesaria para el normal desarrollo de mi proceso vital habían cambiado. Salir de fiesta ya no era para mí. Qué raro era. No, me equivoqué, me gusta salir igual que antes pero de otra manera. Que contradicción. No sé cómo llegué a ese punto pero es real. Otra inquietud. Ser útil. Necesitaba trabajar. Hoy en día estudiar una carrera no te asegura un puesto de trabajo, ni tampoco llenaba ese hueco que me gritaba desde alguna parte pidiéndome de comer.

Ahora toca plantearse pasar de pantalla.

Mario Bros ha conseguido una vida más. Se siente fuerte. Su objetivo es derrotar a Bowser, el rey Koopa, y salvar a la princesa Peach. En el camino encontrará enemigos a los que derrotar para poder seguir. Los igi, Goomba, Lakitu, Podoboo, Bullet Bill, los cohetes, las plantas pirañas, los blooper o los cheep cheeps son sólo algunos de los enemigos que harán de piedra en su zapato. Pero Mario lo conseguirá. Le costará días pero lo conseguirá.

Yo he decidido hacer la mochila ya que poco a poco veo de forma clara cómo los blooper y los igi se acercan a por mí para ponérmelo difícil. Mi mochila es dura, de cuero grueso porque portará cosas muy pesadas de las que no podré prescindir. Grande pero cómoda.  En la mesilla de la habitación una lista de todo aquello que necesitaré en mi viaje. Una tienda de campaña, un saco de dormir, una linterna y pilas de recambio, utensilios de cocina y un libro para cocinar especies desconocidas, mecheros para evadirme y otros utensilios que me ayudarán. En la otra cara del papel los elementos más importantes. Un título en mayúsculas y subrayado lo indica, COSAS IMPORTANTES. Enunciados uno debajo de otro y como si de mandamientos se tratasen pone: Paciencia, porque no entenderás muchas de las cosas que sucederán; Coraje, porque aunque no las entiendas tendrás que luchar a favor o en contra de ellas; Coherencia, no des pasos en el aire porque repercutirán en el futuro; Confianza, confía en ti, puedes hacerlo; Ilusión, cada ruta es diferente y tú crearás la tuya, y para terminar, al final de la lista un simpático asterisco da pie a una frase que quedará grabada en mi mente. Una frase derivada de muchas conversaciones y temores que dice, 

no anheles aquello que ya hiciste, pues eso ya lo conseguiste, de una manera u otra ese objetivo se cumplió, más si ahora no estás conforme propón un nuevo recuerdo que implique en tu mente orden, ganas e ilusión. Vida sólo hay una, rellénala a tu gusto como un bizcocho de cumpleaños y no te olvides de poner las velas y querer soplar cada año.

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miércoles, 15 de enero de 2014

¿Conoces a "Yo"?

Toda la vida labrando para no encontrar las patatas.

¿Sabes quién eres en realidad? No vale responder , ni sí, soy conductor, médico, empresario. Intentemos ir más allá. Vuelvo a preguntar. ¿Sabes quién eres en realidad?

Muy poca gente tiene el privilegio de conocerse a sí mismo. Unos lo consiguen con el paso de los años, otros jamás sabrán quiénes son. y creo de verdad que es un ejercicio que todos alguna vez en nuestra vida debemos hacer. Ayuda a salir del mundo clasista e insustancial en el que vivimos. 

Ya lo dijo Jessie J en Price tag. Creo que mi persona va más allá de un sueldo. Esto nos condiciona a la hora de seguir conociendo a personas nuevas. Que pasa, ¿por ser médico, químico o ingeniero, por ejemplo, se es más listo, majo y necesita más respeto? Pues yo conozco a gente de este tipo que son bien gilipoyas. No generalizo.

La acción de etiquetar está muy bien si se utiliza en las fotos de las redes sociales, en los alimentos, en los objetos para la venta pero no en las personas.

Para que todos me entiendan seguiré por el camino laboral, una jerga tan común como señalar con el dedo. ¿Alguien se ha planteado qué características y capacidades personales le han llevado a elegir lo que estudia o ha estudiado? Los que tenemos la suerte de poder estudiar, porque resulta que ese conjunto de características y capacidades es el que define realmente a la persona.

Te animo a que te des a conocer de verdad, a que hagas ese ejercicio que antes te aconsejé e intentes definirte. Yo lo hago por las noches. Pienso en todo aquello que me gusta hacer, que me gustaría hacer y que he hecho hasta el punto en el que me encuentro. Intento transformar esta información y plasmarla en mi cabeza como si de una fórmula de sucesión de mi vida se tratase. Poco a poco se qué reacciones voy a tener y en qué situaciones. También defino mi escala de importancia con cada experiencia que vivo y mis objetivos se centran más en mi, en lo que me gustaría ser, en lo que quiero ser.

Todos podemos ser lo que nos propongamos si nos conocemos antes.